Continúo contando mi historia con mi nuevo Samsung Galaxy S.
He de decir que, al ser nuevo en Android, no sabía, y sigo sin saber bien, qué cosas del software del teléfono eran de Google, qué cosas de Samsung y qué cosas de Yoigo (bueno, el logo de Yoigo y el tono de Yoigo creo que son de Yoigo). ¿Que por qué hablo en pasado? Porque lo cambié.
La ROM (o el sistema operativo, como prefiráis) que venía en el teléfono era bastante castañote. En primer lugar, no tenía la última versión de Android, venía con Froyo. (Que no está mal, ya tiene el Wi-Fi hotspot que salva vidas. Aunque cuando lo probé en esta ROM no me funcionó ¿?).
En segundo lugar, y lo peor de todo, es que trae las modificaciones de Samsung TouchWiz que entre otras grandes cosas, incluye: una interfaz leeeenta, montones de procesos de Samsung llenándote la memoria, montones de aplicaciones que no vas a usar y que no se pueden borrar, y otras cosas fijas en la interfaz que no podrás cambiar.
También noté alguna otra deficiencia que luego resultó ser de Hardware (generalizada en la gama) como que el GPS es más lento que el caballo del malo y si intentas usarlo en carretera se perderá.
Como además el consumo de batería era demasiado alto (no llegaba a fin de me… día!) decidí cambiar la ROM a otra que diera mejores resultados del Hardware. Así que un buen día, no mucho más tarde de haber comprado el teléfono, decidí meterle MIUI……… CONTINUARÁ!