Tarta de Queso

Por aclamación popular twitteril, hoy vamos a conocer cómo hacer otro plato de comida. En el caso de hoy un postre.

Los ingredientes que vamos a necesitar son 1/2 Kg de queso de burgos, 4 huevos, 1/2 vaso de leche, 8 cucharadas de azúcar y 1 de maizena (a ser posible que caduque en este siglo y no en el pasado, como el de la foto).

Si no tenéis maizena usad una cucharada de harina, que se parecen.

Ladies and gentlemen…

Tarta de Queso (Tarta de queso)

Para preparar la tarta de queso hay dos formas, yo hago la fácil, pero podéis probar la difícil si tenéis ganas.

La forma sencilla es mezclar con la leche el azucar y la maizena, remover un poco y luego mezclarlo con el resto de cosas en un cacharro donde podamos batir con la batidora (los huevos sin cáscara por favor). Lo batimos todo y listos.

La forma difícil es separar la clara, batirla (a mano) a punto de nieve (si es que alguien sabe lo que és y además es capaz de hacerlo).

Una vez tenemos hecho el asunto, lo ponemos en un recipiente (cuanto más profundo y estrecho más tardará en hacerse, cuanto más amplio y menos profundo, menos) que soporte el calor del horno. Algunos usaréis mantequilla o aceite para impregnar el recipiente y que la tarta no se peque, yo uso papel de aluminio.

Si fuiste capaz de ir por el camino difícil ahora tendrás que verter la nieve sobre el resto de forma homogénea por la superficie y posteriormente introducirla con los dientes de un tenedor con suavidad hacia el interior, para crear esponjosidad (yo no lo he hecho nunca, pero dicen que funciona).

Luego se desinfla ^^’

Finalmente metedlo en el horno a media temperatura (podéis empezar con alta unos minutos) durante media hora o tres cuartos.

¿Cómo sabemos si está hecha? Pues la pincháis, hasta el fondo, con un cuchillo, y si al sacarlo está limpito es que está hecha, si tiene algo de pringue es que le falta un poco. Lo de fuego medio es para que no se tueste demasiado por fuera antes de que esté hecha por dentro. No la pinchéis cada 5 minutos o vuestra tarta parecerá el Cañón de Colorado.

Y ya está. Por lo general se mete en la nevera y se come fresquita. Sola o acompañada de las mermeladas que os gusten.

¡Que aproveche!